Hallazgo de fosa clandestina y cavidad oculta con restos óseos en Lomas de Monterrey
El colectivo de Rastreadoras por las Voces sin Justicia localizó una fosa clandestina con restos óseos en las inmediaciones de la comunidad de Lomas de Monterrey, al oriente del municipio de Mazatlán, Sinaloa. El hallazgo se produjo durante labores de búsqueda orientadas a localizar posibles víctimas desaparecidas en la región.
Tras una inspección inicial, las rastreadoras identificaron indicios de excarvación no autorizada, como acumulaciones de tierra removida y material óseo sobresaliendo del terreno. La ubicación exacta fue registrada con coordenadas para facilitar la intervención pericial.
En el área se encontraron varias prendas de vestir con desgaste avanzado, lo que sugiere que el enterramiento clandestino se realizó hace tiempo. Estas evidencias fueron catalogadas sobre el terreno para su análisis posterior.
Operativo de rastreo y mapeo de excavación no autorizada por comisión estatal de búsqueda
En coordinación con personal de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas, el colectivo implementó técnicas de rastreo y cartografía en la zona. Este trabajo de campo consistió en el trazado de transectos para identificar posibles puntos de interés.
El proceso incluyó el uso de herramientas manuales y equipos de geolocalización, con el fin de precisar la extensión de la excavación no autorizada y la posición de los restos. Cada punto fue documentado con fotografías y bitácoras de campo.
Trabajo forense y protocolo de exhumación de osamenta en zanja clandestina
Posteriormente, arribaron peritos de la Fiscalía General del Estado para realizar la inspección técnica. El equipo pericial evaluó las condiciones del terreno y estableció las coordenadas exactas para el inicio de la exhumación.
Durante el reconocimiento, se implementó un sistema de registro fotográfico y planimetría, con el objetivo de preservar la cadena de custodia y evitar la alteración de la evidencia encontrada en la fosa.
Procedimiento pericial en campo
Los peritos comenzaron el levantamiento topográfico y la delimitación de la zanja clandestina, documentando cada estrato de sedimento para determinar el posible momento del enterramiento. Se emplearon cribas para separar fragmentos óseos de material arqueológico.
Asimismo, se registraron las características de los restos óseos y su disposición en el sitio. Cada fragmento fue clasificado según su tipo y condición, y etiquetado para su traslado a laboratorio especializado.
Protocolo de custodia de evidencias
La cadena de custodia se estableció desde el mismo momento del hallazgo, con la asignación de sellos de seguridad en cada embalaje. Los restos óseos y las prendas de vestir fueron colocados en contenedores numerados y precintados.
El traslado de las muestras se realizó bajo resguardo de la Fiscalía, garantizando el control documental y evitando posibles manipulaciones. Cada paso quedó registrado en actas oficiales de exhumación.
Resguardo del perímetro de excavación y vigilancia de seguridad pública
Elementos de la Secretaría de Marina, la Guardia Nacional y la Policía Estatal Preventiva brindaron protección durante las labores forenses. Su presencia se concentró en la delimitación del área y el acceso controlado al sitio de la fosa.
Las fuerzas de seguridad establecieron un perímetro de seguridad para impedir la intervención de terceros y preservar la integridad de la evidencia. Asimismo, se mantuvo un operativo de vigilancia continua hasta la conclusión de la exhumación.